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Las abejas son guardianas de la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible de los territorios


Enrique Merlos

Especialista en Desarrollo Territorial

Las abejas son seres diminutos, pero con un impacto gigantesco en nuestro mundo. Su importancia va mucho más allá de la producción de miel; su papel fundamental en la polinización de plantas y cultivos las convierte en actores clave en el desarrollo de los territorios y en la seguridad alimentaria. Además, la apicultura representa una oportunidad valiosa para mejorar los medios de vida rurales de manera sostenible, al ofrecer una amplia gama de productos derivados de la colmena.


La polinización es un proceso vital para la reproducción de la mayoría de las plantas con flores, incluyendo muchos cultivos de importancia económica. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que al menos el 75% de los cultivos alimentarios en el mundo dependen en alguna medida de la polinización animal, siendo las abejas los principales polinizadores. Estas pequeñas pero incansables trabajadoras transfieren el polen de las flores masculinas a las femeninas, permitiendo la fertilización y la producción de frutas, verduras y semillas.


La apicultura, es decir, la cría y manejo de abejas, no solo es una actividad económica rentable, sino también una forma sostenible de aprovechar los recursos naturales. La miel es el producto más conocido y apreciado, con propiedades nutritivas y medicinales. Además, la apicultura nos brinda una amplia gama de subproductos, como cera de abejas, propóleo, polen, jalea real y otros, que tienen múltiples aplicaciones en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética. Estos subproductos no solo generan ingresos adicionales, sino que también contribuyen a diversificar la economía rural.


El Ministerio de Agricultura y Ganadería de El Salvador (MAG), estima que el país produce alrededor de 1.000 toneladas de miel al año; La mayor parte de esta miel se exporta a Europa, siendo Alemania, Francia, Austria y Portugal los principales compradores. En Centroamérica, los principales compradores de miel salvadoreña son Honduras y Costa Rica. Esto representa una importante fuente de ingresos para las comunidades rurales, donde se ubican la mayoría de los apiarios. Además, la apicultura promueve la conservación de los ecosistemas naturales y la biodiversidad, ya que las abejas dependen de un entorno saludable para sobrevivir y cumplir su función de polinización.


A pesar de su importancia, las abejas y la apicultura enfrentan amenazas significativas causadas por acciones humanas. El uso indiscriminado de pesticidas y herbicidas en la agricultura ha llevado a la muerte masiva de abejas en todo el mundo. Según estimaciones de las Naciones Unidas, alrededor del 35% de los polinizadores invertebrados, en particular las abejas y mariposas están en peligro de extinción. Además, la destrucción del hábitat natural, la contaminación del aire y el cambio climático también afectan negativamente a las abejas.


La extinción de las abejas tendría consecuencias devastadoras para el medio ambiente y la sociedad. La reducción de la polinización llevaría a la disminución de la producción agrícola, lo que resultaría en una escasez de alimentos y un aumento de los precios. Si las abejas desaparecieran, es difícil calcular con precisión el porcentaje exacto de reducción en la producción de alimentos, ya que la dependencia de la polinización varía según el tipo de cultivo y la región geográfica. Sin embargo, se estima que la disminución podría ser significativa, y algunos estudios sugieren una reducción en la producción de alimentos de aproximadamente un 30% a un 40%. Además, la diversidad de los ecosistemas se vería comprometida, ya que muchas especies de plantas dependen exclusivamente de las abejas para su reproducción.


Es crucial que tomemos conciencia de la importancia de las abejas y tomemos medidas para protegerlas. Esto implica reducir el uso de pesticidas y promover prácticas agrícolas sostenibles que respeten el equilibrio natural de los ecosistemas. También es necesario conservar y restaurar los hábitats naturales de las abejas y fomentar la diversificación de la apicultura como una alternativa económica para las comunidades rurales.


El Día Mundial de las Abejas nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia vital de estos polinizadores para nuestra existencia y el grave impacto que su extinción tendría en la humanidad. Las abejas desempeñan un papel fundamental en la polinización de cultivos y plantas silvestres, lo que garantiza la producción de alimentos y la biodiversidad. Es nuestra responsabilidad tomar medidas para proteger a estos pequeños pero vitales seres y asegurar un futuro sostenible para nuestros territorios.


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